Refugio Salazar participa en la serie de charlas sobre poetas mexicanos “El don de la palabra”, en el Casino de la Cultura.

German Zambada Galvan. 23 03 22

Culiacán, Sin.-  La obra de Sor Juana Inés de la Cruz, una de las figuras literarias  más grandes de todos los tiempos, fue abordada por el también poeta Refugio Salazar como parte de las actividades de la semana cultural Charlas sobre poetas mexicanos «El don de la palabra», en el Casino de la Cultura.

“Con Sor Juana Inés de la Cruz estamos ante la poesía de la Nueva España, es una de las figuras poéticas más grandes, en cuya obra encontramos la esplendidez de la literatura barroca”, dijo Salazar, quien estuvo acompañado por Víctor Luna y Rubén Rivera.

Comentó que Sor Juana se alimentó de tres grandes poetas principalmente, Francisco de Quevedo, Luis de Góngora y Lope de Vega y contaba con un gran bagaje cultural que asimiló a través de sus lecturas, ya que llegó a tener más de 4 mil ejemplares en su biblioteca personal, y como mujer, pues se las tenía que ingeniar para entrar al mundo de las letras, incluso a la universidad cuando era algo que no era bien visto y estaba prohibido en aquellos tiempos.

En su participación, Salazar se refirió a Sor Juana como una gran poeta humanista, y destacó sus sonetos, una de las formas literarias surgidas en el siglo XII.

Rubén Rivera señaló que hablar de Sor Juana Inés de la Cruz es hablar de una gran poeta que, desde los primeros años de su niñez, se encamina hacia el mundo de la literatura, cuando apenas con tres años, ella ya acompañaba a su hermana a la escuela y fue vislumbrando el despertar en el mundo de las letras y la cultura.

Juana de Asbaje y Ramírez de Santillana, fue su nombre real, y fue su abuelo, Don Pedro Ramírez, quien le abrió su biblioteca, donde permanecía entregada al aprendizaje de la teología, el derecho, el griego y de la poesía, de donde empieza a formarse y a tener esa formación que luego narra en sus poemas.

A la edad de 16 años, una tía materna se la llevó a la Ciudad de México, donde además de aprender latín, se integró como dama de compañía en la corte virreinal, con Leonor Carreto y posteriormente ingresa al convento de San Jerónimo, donde dedica su vida a la lectura y al estudio que nutrió su formación cultural y espiritual, la cual contagió a las demás religiosas.

Víctor Luna agregó que Sor Juana superó a sus dos grandes maestro, Quevedo y Góngora, imprimiendo a sus poemas una gran originalidad.

Dentro del programa “El ala de la gaviota”, que coordina Rubén Rivera, las actividades continúan este miércoles 23, con la presencia de Dina Beltrán López, quien ofrece una plática en torno al escritor y poeta Bernardo J. Gastélum; el jueves 24, David Balderrama hablará sobre el poeta Octavio Paz, mientras que el escritor Agustín Velázquez Soto encabezará un conversatorio sobre Elías Nandino este viernes 25, a las 18:00 horas, en el Casino de la Cultura.